Regreso cinco años atrás y veo a una chica en su cuarto. Está oscuro y la luz no logra tocarla aún cuando sus cortinas están abiertas de par en par y afuera el sol abriga a las flores. La luz no es parte de ella, el calor no protege sus manos, su cuerpo esta frío y sus brazos han perdido el color. No siente la ropa que la cubre, no siente sus capas de piel que cubren todo su cuerpo y la sangre parecen no correr por sus venas.
Tiene los ojos rojos, ha llorado durante horas y no hay nadie en esa gran casa repleta de soledad, está sola y tan sola que escucha el eco de su llanto. Leo su mente, pero me pide que lea entre líneas, que nada es lo que parece. En su pared hay fotos; hay jóvenes sonriendo pero ahí no está su rostro.
Intento tocar sus brazos, están heridos y no puede hacer nada al respecto, no quiere hacer nada y me pide que la deje sola; dice que no tiene fuerzas, que es inútil y una molestia, quiero detenerla, quiero contarle que no siempre será así.
Las personas son animales salvajes disfrazados, disfrazados en sonrisas y bellos adornos. No les creas lo que te digan porque ellos quieren herirte, hieren el alma y se alimentan de tu corazón. No te prometo que esto dejará de pasar, pues ellos te volverán a buscar; se nutren con tu tristeza, no les importa nada más que su poder y con él te mantendrán en el suelo pero debes saber que tú siempre serás mejor. ¿Qué has dicho de ti? ¿Por qué quieres darles el favor? Levántate, limpia tu rostro, muestra esos bellos ojos pues eres hermosa y poderosa, quién más que tú puede saberlo.
Muchacha, haz silencio por un momento y escucha mis palabras. Lograrás alcanzar tus objetivos, cada uno a su tiempo y cada uno te costará, pero lo vas a lograr y te sentirás como siempre lo quisiste, serás feliz. No necesitas a nadie para ser quien quieres ser. No necesitas a ese hombre por el que has llorado durante años, tampoco necesitas de amistades que apruébenlas tu actuar. Te contaré algo que no debería, en un par de años llegará un amigo, un amigo real ¿Sabes cómo sé eso? Lo sé porque el sigue a mi lado y me protege hasta el día de hoy. Él es bueno y sólo quiere tu felicidad. Él es bueno porque no es humano y no es salvaje. Te hará compañía hasta en los días más oscuros; días como hoy.
Para ser feliz es necesario conocer la tristeza y la soledad, para entender la gratitud debes conocer la falta. A veces es necesario para así querer con mayor intensidad.